Digerida una poco la noticia, y después de una buena conversa con Ignacio Pinto, me quedo con una sensación bastante dulce en la boca. Por un lado, nos obliga a seguir mejorando y a no quedarnos dormidos en los laureles. Por otro, claramente nos ratifica para dónde va la cosa y que mal que mal, estamos en la cresta de la ola… ahora sólo hay que mantenerse.
Foto: Pantallazo – Diario El Día